la asimilación (conversación con marco)


asimilacionismo mal

La asimilación tan solo puede traer consigo la liberación de determinados individuos. El estándar para la asimilación está cada vez más lejos del alcance del groso de la población trans; es decir, cada día que pasa, la asimilación queda más deshechable como método para conseguir una vida plena en la mayoría de los casos. Se podría debatir si, en el hipotético caso de que un alto porcentaje de la población trans tuviese capacidades de cispase, la asimilación sería moralmente válida. Hay puntos a favor y en contra de esto. Sin duda, hay ciertas personas que consiguen el status de cis sin serlo, hasta el punto de que la única diferencia que pueda llegar a haber con una persona cis son los cromosomas. Es vox populi* que muchos de los hombres trans pueden verse en esta situación, ¿es reprehensible que renuncien a portar la bandera o a dar explicaciones sobre si son o no trans? La liberación puede venir en muchas formas, si para ciertas personas les llega de forma asimilativa, ¿por qué no renunciar esta oportunidad que les ha brindado el destino?
Ahora bien, claramente es una posición que choca de forma directa con el no-binarismo y que no abre camino para futuras generaciones. Es más, ante la epidemia de gusanos cerebrales que azota con transmisoginia a algunas mujeres cis (no por ello es más desgarrador), dicho camino se va estrechando cada vez más y en especial para personas TMA. Sin pararse a evaluar la ética de la asimilación, esta la razón práctica que nos lleva a deshecharla.


*te jodes marco, he usado una locución latina


la toxina de la asimilación

La asimilación es hija directa de la transfobia que permea en todos los ámbitos de la existencia. No se asimila en voluntad de alguien, y no con esto me refiero a que porte de forma involuntaria la "bendición" del cispase, sino que dicha persona pasa a eliminar la etiqueta trans de su vida por razones externas a ella. Cuando se bombardea al mundo con mensajes de odio a la gente trans y la tradición global es el rechazo a las personas que sobrepasan la barrera del género asignado al nacer, es algo natural pensar que una persona en esta situación evite mostrar qué es. En un mundo sin transfobia esto no sería algo a debatir, puesto que no habría un fundamento biológico a los roles de una persona, que pasarían a ser únicos, personales e inetiquetables.
Por esto, gente de cualquier experiencia de género que se posicione favorable a la ideología del asimilacionismo estará reforzando la transfobia.


revolución a qué coste

A día de hoy, el único camino viable para conseguir vivir en paz es la revolución. Liberación a través de la revolución, como contraposición a la liberación a través de la asimilación. La revolución, en su proceso, destruye al sistema binario. Bajo la revolución no importan tus antecedentes ni a dónde te diriges, no hay un camino, simplemente eres.
Las personas revolucionarias son iconos dentro del colectivo trans, son visibles. Al igual que puede pasar en cualquier otro contexto, personas adyacentes -pero no afectadas por la transfobia- convierten a le revolucionarie en la imagen del transexualismo o del no-binarismo. Es por esto que, la revolución trae consigo una fetichización de "tu amigue le trans", alguien que verdaderamente ataca con su sola existencia a los cimientos de la sociedad ("qué guay"). La posición política que ha tomado esta persona le ha traído de golpe y sin quererlo una categorización estética, que al igual que pasaba antes, asfixia.
Voy a sustituir la palabra "revolucionarie" por "no binarie" porque ya me estoy cansando de hablar en código. Cuando la condición de una persona no binaria le lleva a someterse a terapia de sustitución hormonal, cirugías, entrenamiento de su expresión corporal o de voz, etc. se encuentra con el juicio de las personas ajenas a la transfobia que parecían posicionarse de su parte. A sus ojos se está acomodando al cistema, cuando en realidad está experimentando el proceso de liberación, que no solo es de palabra, sino también de hecho. Puedes ser quién quieras implica que puedes ser quién quieras como identidad y también como entidad. Alguien en cambio físico no necesariamente busca la asimilación, pero para alguien que no experimenta la disforia parece ser dificil de comprender. Quiero pensar que esto es así porque muchas personas creen que la disforia tiene un origen social, "no sientes que un baño de chicas es tu lugar porque no aparentas ser una chica, eso te trae sufrimiento y te lleva a buscar parecer una mujer, esa es la disforia", y esa es una visión reduccionista del hecho. La disforia viene en muchas formas, es claro que la del ejemplo es una, pero no la única. Es curioso que dentro del grupo aliado no se juzguen de este modo a los a cambios de identidad pero si a los de aspecto, hay un dualismo y se le da un mayor valor al alma que al cuerpo, que debe restringirse al naturalismo.
Así, pero sin quererlo, estas personas están reforzando el trinarismo de género, convirtiendo a la revolución en una asimilación de tres categorías: hombre cis, mujer cis y otro. Partíamos de que las categorías se debían eliminar, pero parecen no comprender que todo juicio a una persona que decide sobre su expresión es un nuevo encasillamiento, convierten en tangible al no-binarismo, es una nueva y tercera categoría, y lo curioso es que viene de parte del grupo adyacente-aliado. Como decía Laboria Cuboniks "¡que cientos de sexos nazcan!" y para ello es necesario la avenida del antinaturalismo, la ingienería biológica, la transmutación del cuerpo -fundamentadas o no en la disforia (la excusa y la mentira), esa pregunta deja de ser relevante-. Para que la liberación se pueda llevar a cabo, el acceso a las hormonas debe estar garantizado y su uso debe de ser libre, acomodándose a los gustos -que no necesidades- individuales de la persona. Muchos cambios han de darse en la medicina pública para tener un correcto asesoramiento libre de todo juicio y conseguir este objetivo. Así que por ahora el mito de la liberación queda en eso, en un mito, porque encuentra oposición en todos lados, incluso en los menos esperables.